‘No quiero ser polvo’: De la confianza y el abuso a la fe y la redención

La necesidad de creer en algo puede llevar a la gente a involucrarse con grupos, sectas, que lo único buscan es estafarles, manipularles haciéndoles creer que la realidad en la que se encuentran es una mentira y ellos poseen la información verídica de lo que vendrá, esa es la situación en la que se encuentra …

La necesidad de creer en algo puede llevar a la gente a involucrarse con grupos, sectas, que lo único buscan es estafarles, manipularles haciéndoles creer que la realidad en la que se encuentran es una mentira y ellos poseen la información verídica de lo que vendrá, esa es la situación en la que se encuentra Bego, un ama de casa madura, ignorada por su marido y su hijo, quien al involucrarse con una de estas sectas recibe la noticia de que el mundo enfrentará tres días de oscuridad absoluta, llevándole a una cruzada con su gente cercana para convencerles de ello.

Esa es la premisa de la cinta No quiero ser polvo, el largometraje más reciente de Iván Löwenberg, cinta que transita entre el drama, la sátira y la ciencia ficción, convirtiéndose en una de las mejores cintas mexicanas de este último género al lograr retratar los temores de la sociedad mientras se instala en ese campo.

Iván Löwenberg se ha destacado por una extraordinaria mano para narrar historias con personajes femeninos fuertes y, ahora no es la excepción, además tiene la capacidad de llevar a pantalla una historia que es muy cercana a él, a principios de la década de 1990 sus padres se involucraron en un acto parecido, siendo su madre la que más activa la que participó para convencer a sus cercanos.

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